Un tratamiento intensivo temprano ofrece mejores resultados
Un nuevo estudio revela que el uso de un tratamiento temprano de gran eficacia para la EM mejora los resultados de la discapacidad a largo plazo, en lugar de comenzar con un tratamiento relativamente eficaz y adoptar un medicamento más fuerte de forma gradual.
Last updated: 13th May 2019
- Existen varios medicamentos para la EM recurrente-remitente que pueden reducir las recaídas en varios puntos.
- Se ha debatido ampliamente acerca de cuál es el mejor enfoque para encontrar el tratamiento adecuado para las personas, ya sea comenzando con tratamientos relativamente efectivos e ir cambiando a tratamientos más intensivos según sea necesario, o comenzar con un tratamiento intensivo de forma inmediata.
- Un nuevo estudio revela que el uso de un tratamiento temprano de gran eficacia para la EM mejora los resultados de la discapacidad a largo plazo, en lugar de comenzar con un tratamiento relativamente eficaz y adoptar un medicamento más fuerte de forma gradual.
- Esto pone de relieve la necesidad de un mejor acceso a medicamentos más fuertes para la EM como tratamiento de primera línea en la EM.
Actualmente, existe una variedad de tratamientos modificadores de la enfermedad para la EM recurrente-remitente que han demostrado reducir las recaídas en varios puntos. Estos medicamentos se dividen en dos grupos: los que son relativamente eficaces para reducir las recaídas y los que son muy eficaces a la hora de reducir las mismas. A menudo, los medicamentos más fuertes se han asociado con efectos secundarios potenciales más graves, por lo que hay que evaluar detenidamente el cuadro clínico completo antes de utilizarlos.
El acceso a la gama completa de medicamentos para la EM varía enormemente en todo el mundo. En algunos casos, la prescripción se limita primero a medicamentos relativamente eficaces, mientras que el uso de medicamentos de mayor eficacia se restringen al uso de segunda línea (el uso de segunda línea se produce cuando el primer tratamiento no ha funcionado o ha tenido efectos secundarios adversos y, por lo tanto, se prescribe un tratamiento de segunda línea). Incluso cuando todos los tipos de medicamentos están disponibles y son adecuados, la elección del tratamiento puede presentar un desafío.
Tradicionalmente, el comienzo con tratamientos más intensivos se ha reservado para personas con EM muy activa. Más recientemente, se ha promovido tratar con anterioridad a las personas con medicamentos más fuertes. La investigación se ha intensificado para identificar la mejor estrategia para mejorar los resultados a largo plazo de las personas con EM. Los investigadores están estudiando si es mejor comenzar el tratamiento con un medicamento muy efectivo y arriesgarse frente a posibles efectos secundarios, o comenzar con un medicamento relativamente eficaz y adoptar de forma gradual un tratamiento más fuerte cuando sea necesario.
Actualmente, un nuevo estudio publicado en la revista médica JAMA Neurology ha comparado los resultados a largo plazo de las personas que reciben tratamiento mediante estas dos estrategias. El equipo de investigación seleccionó a un grupo de 592 personas que recibían tratamiento para la EM en Gales, Reino Unido, y les hizo un seguimiento durante cinco años.
Pasados los cinco años, se publicó información sobre los resultados clínicos de 41 personas que recibieron tratamiento intensivo temprano (con alemtuzumab y natalizumab) y 138 que fueron tratadas inicialmente con medicamentos relativamente eficaces (incluidos interferones, acetato de glatirámero, dimetilfumarato, fingolimod y teriflunomida), y se les dio la opción de ir adoptando de forma paulatina tratamientos más intensos según fuera necesario.
Dado que las personas con la enfermedad más activa habitualmente reciben tratamientos más agresivos, las personas del grupo de tratamiento intensivo temprano comenzaron a registrar niveles más altos de recaídas. El estudio reveló que la tasa de recaída mejoró de forma generalizada cuando las personas recibieron tratamientos modificadores de la enfermedad, independientemente de la estrategia de tratamiento utilizada.
El grupo de personas que recibieron un tratamiento más intensivo también registró un cambio menos significativo en la escala ampliada del estado de discapacidad (EDSS, por sus siglas en inglés), una medida clínica para evaluar la discapacidad de la EM. Los que recibieron medicamentos intensivos registraron un aumento medio de 0,3, mientras que los que recibieron tratamientos relativamente efectivos aumentaron 1,2 durante los cinco años.
El 60 por ciento de los que comenzaron con un tratamiento relativamente efectivo habían alcanzado un nivel sostenido de discapacidad antes de adoptar un tratamiento más intensivo. Esto pone de relieve una temprana ventana de posibilidades para evitar la acumulación de discapacidades y la necesidad de mejores métodos de seguimiento para identificar y responder con mayor antelación cuando los tratamientos no funcionan adecuadamente. La reducción de las tasas de recaída en los tratamientos intensivos fue similar cuando se utilizaron como elección de primera o segunda línea, lo que significa que siguen siendo eficaces incluso si existe un retraso en su administración.
Este estudio indica que confiar en tratamientos relativamente efectivos con la opción de cambiar posteriormente a tratamientos más efectivos no significa necesariamente que sea la estrategia de bajo riesgo que parece ser. En algunas personas con EM, es posible que no evite la acumulación de discapacidad a largo plazo. Esto hace hincapié en la necesidad de un mejor acceso a medicamentos de mayor eficacia como opción de primera línea.
La situación de cada persona es única y las decisiones sobre cualquier tratamiento para la EM, teniendo en cuenta los posibles beneficios, riesgos y efectos secundarios para usted como persona, se deben realizar previa consulta con su equipo médico.
Agradecimiento a MS Research Australia – proveedor principal de resúmenes de investigación en nuestro sitio web.