En el último número de la revista The Lancet Neurology, el profesor Alan Thompson, neurólogo asesor del Hospital Nacional de Neurología y Neurocirugía y decano de la Facultad UCL de Ciencias del Cerebro, destacó algunos de los descubrimientos relacionados con la investigación de la EM en 2016.
http://www.thelancetnorway.com/journals/laneur/article/PIIS1474-4422(16)30343-X/fulltext

Señala la investigación en la que se hizo un seguimiento de las personas con “síndrome radiológico aislado” durante muchos años. El síndrome radiológico aislado implica la presencia de una anomalía cerebral en la RM (como lesiones similares a las observadas en la EM) sin la presencia de los síntomas clínicos característicos de la EM. Este estudio se llevó a cabo en 22 centros clínicos de 5 países, bajo la dirección de investigadores de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota. Los resultados mostraron que, de las 453 personas que presentaron síndrome radiológico aislado, 15 evolucionaron a EM primaria progresiva (EMPP) durante un seguimiento de aproximadamente 6 años. Es la misma tasa que en la progresión en la población general con EM y puede indicar que, en el futuro, el síndrome radiológico aislado podría considerarse como otro subtipo de EM.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26599831

Otro estudio de este informe es el trabajo de un grupo de EM en Queen Square en la University College London. Las células cerebrales y de la médula espinal, que se ven afectadas por la EM más que otras células de nuestro organismo, dependen del oxígeno. En este estudio, el profesor Kenneth Smith y sus colegas descubrieron que las lesiones en la médula espinal de un modelo animal de EM se observan en zonas en las que hay una deficiencia de oxígeno, y que esto se puede retrasar o revertir llevando oxígeno al tejido. Esto tiene posibles consecuencias para el desarrollo de futuros fármacos que pueden cambiar el entorno de las lesiones de EM en el cerebro o la médula espinal llevando oxígeno.
http://onlinelibrary.wiley.com/wol1/doi/10.1002/ana.24607/abstract

El profesor Thompson destaca otro estudio, del centro de EM de París (Universidad de la Sorbona). Algunas lesiones de EM pueden invertirse con el tiempo gracias a un proceso denominado remielinización. No obstante, la remielinización solo se produce en algunas personas y no afecta a todas las lesiones. Las personas que tienen un mayor potencial de remielinización pueden tener más posibilidades de beneficiarse de tratamientos específicos para la EM.  Este proceso se puede visualizar a través de la representación por imágenes avanzadas del cerebro mediante una técnica denominada Tomografía por emisión de positrones (o PET). El doctor Benedetta Bodini y sus colegas descubrieron que este método de representación por imágenes del cerebro puede distinguir a las personas con EM con un mayor potencial de remielinización. Este método de representación por imágenes avanzadas podrá utilizarse en el futuro para estudiar fármacos que tengan el potencial de revertir las lesiones cerebrales en personas con EM y reparar los daños cerebrales.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5006855/

Elie Dolgin, de la revista Nature, destacó los importantes logros conseguidos con los ensayos en 2016. Analiza el éxito del ensayo con ocrelizumab y la esperada autorización de comercialización en 2017. Ocrelizumab es un tratamiento que se administra por infusión intravenosa. Actúa dirigiéndose a los linfocitos B (un tipo de célula inmunitaria), ayudando a reducir la respuesta inmunitaria y evitando que estas células ataquen y dañen la mielina. Se espera que sea aprobado por la Agencia para el Control de los Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) en marzo de 2017 para personas con EM primaria progresiva.
http://www.nature.com/nature/journal/v540/n7631_supp/full/540S7a.html

El éxito del ensayo con ocrelizumab se debe, en parte, a las lecciones que los investigadores aprendieron de los fallos en anteriores ensayos con un fármaco similar denominado rituximab. En el ensayo con rituximab, los investigadores se dieron cuenta de que, analizando todos los aspectos juntos, el fármaco no tenía un efecto positivo. No obstante, detectaron un efecto positivo en las personas con EM primaria progresiva que eran más jóvenesy con mayor probabilidad de tener la enfermedad activa. El ensayo con ocrelizumab incluía a esta población y, por consiguiente, solo podrá ser eficaz en un subgrupo de personas con EM primaria progresiva.

Otro ensayo clínico de éxito en la EM secundaria progresiva se realizó con un fármaco similar al fingolimod, conocido como siponimod. Similar al ocrelizumab, el mayor efecto se observó en los pacientes con EM secundaria progresiva temprana y en pacientes más jóvenes, con menor discapacidad neurológica (evaluada mediante una escala conocida como escala expandida del estado de discapacidad o EDSS), y menor duración de la EM.